La nueva vida de Sherlock Holmes

Dentro de la oferta de Netflix, una serie que destaca por su calidad es “Sherlock”  una renovada versión de la BBC sobre el detective más famoso de todos los tiempos.

Sherlock Holmes no es amable. No es simpático ni divertido. Es “simplemente” un genio capaz de desenmarañar el más complejo de los enigmas policiales. La tarea de reinventar un personaje que ha inspirado cientos de versiones en todos los formatos, a partir del original de Arthur Conan Doyle,  parece difícil,  sin embargo la BBC sale airosa del desafío con “Sherlock”, la serie del 2010 con la que devolvió a la vida al rey de los misterios.

La formula genera desconfianza al principio. El mismísimo Sherlock Holmes, viviendo en el Londres actual, investigando casos con Iphone, GPS y comunicándose por mensaje de textos, mientras su compañero inseparable, el doctor Watson, comparte sus aventuras en la web mediante un blog. Si, suena extraño. Pero funciona. Básicamente porque el tecnológico contexto, no le quita nada de fuerza a la arrolladora personalidad de Holmes.

El creador Steven Moffat  explicó con mucha razón que “Las historias de Conan Doyle nunca fueron sobre abrigos y luz entre gas, sino que son sobre deducciones brillantes, con villanos terribles y crímenes sangrientos”. Todos elementos muy presentes en la serie.

El personaje de Holmes, interpretado por Benedict Cumberbatch  (un actor con edad indescifrable y cara de póker que calza perfecto al papel) es presentado como un hombre frio y distante, que que roza el asperger. Un genio que  disecta  la realidad como si fuera un gran puzzle que él debe completar. Una especie de Sheldon Cooper que en vez de vivir entre los chistes científicos de sus amigos, está obsesionado por las bajas pasiones y los crímenes sin resolver.

 Junto a él, está el doctor Watson, un médico que sirvió como voluntario en Irak y que regresa a Londres para reintegrarse a la vida normal.  Allí se cruza con Holmes y decide colaborar con él momentáneamente, sin saber que a poco andar se volverá su principal actividad. Incluso la serie aborda con humor, la tensión sexual que siempre se ha comentado existe entre ambos personajes. Aunque Watson intente rearmar su vida amorosa, su devoción por Holmes, sumada a la ambigüedad del detective, dibujan una sugestiva y tormentosa “amistad”.

Además a medida que se desarrollan las proezas de Sherlock, aparecerá en escena su siniestro archienemigo, quien es tan brillante como malvado y que  desde las sombras lleva años planeando la destrucción del soberbio detective. Particularmente bueno es el último episodio, que enfrentará a estos dos súper cerebros en una lucha extraordinaria y llena de suspenso.

La serie está compuesta de solo 2 temporadas de 3 capítulos cada una (6 capítulos que se hacen  realmente muy pocos).  Cada episodio dura 90 minutos en que se mezclan acción, suspenso y humor en la dosis precisas para dar forma a una serie de gran calidad.

Lamentablemente han pasado casi dos años desde que se exhibió el capitulo final y pese al éxito, la tercera temporada se ha retrasado bastante. Los últimos rumores dicen que a finales de este año Holmes saldrá de su ostracismo para seguir develando las maquinaciones de nuevos criminales.

(c) Por Aldo Vidal

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