El mundo de Philip Seymour Hoffman, 6ta parte “Capote”

 El mundo de Philip Seymour Hoffman, 6ta parte “Capote”

Este domingo, durante la ceremonia de la entrega de los premios Oscar, se incluirá dentro del segmento “in memoriam” a Phillip Seymour Hoffman no sólo por su destacada trayectoria, sino también por haber obtenido tres nominaciones al premio de la Academia en la categoría de Mejor Actor Secundario (“Juego de poder” (2007), “La duda” (2008) y “The Master” (2012)) tras haber ganado el Oscar a mejor actor protagónico por la película “Capote”. Aunque el talento de Hoffman es innegable y su primer y único Oscar absolutamente merecido, la película terminó trascendiendo por el trabajo de su protagonista y no al revés. José Miguel Ortega nos explica en esta antología su punto de vista del filme.

“Capote”: Una valiosa imitación

El 2006 nuestro homenajeado ganó el Oscar por la perfecta imitación que hizo de Truman Capote, y digo imitación porque lo que hay aquí es más bien una copia de gestos y timbre de voz del fallecido escritor y guionista norteamericano. Philip Seymour Hoffman se toma muy en serio el “método” no ofreciendo una interpretación libre y sutil, sino una actuación plagada de tics, la mimesis en estado puro. Ya sabemos que a los miembros de la academia los vuelve locos cuando un actor realiza este tipo de roles, por lo general gana un Oscar, ya sucedió con Martin Landau y su atormentado y decadente Bela Lugosi en “Ed Wood” (1994) —aunque aquí hay una espontaneidad de la cual adolece Philip Seymour Hoffman— y también con Charlize Theron en la sobrevalorada e ínfima “Monster” (Patty Jenkins, 2003).

“Capote” (2005) es el primer largometraje de ficción de Bennett Miller (“The Cruise”, 1998, fue un documental) la película narra un periodo muy específico en la vida de Truman, el correspondiente a la investigación y posterior escritura de su novela más famosa, y de paso la última, “A sangre fría”. Miller es un director que posee cierta habilidad para tratar de formar distante y fría los terribles sucesos que muestra la película, el brutal asesinato de la familia Clutter por los presidiarios Dick Hickock y Perry Smith.

Durante 1959, año del crimen, hasta el 14 de abril 1965, fecha en que fueron ejecutados los responsables, Truman Capote realizó una profusa y extenuante investigación en la que mantuvo una cercanía bastante estrecha con los asesinos, tanto así que en la película se sugiere un cierto enamoramiento de Capote hacia Perry Smith, de hecho, con él mantuvo una relación más cercana que con Hickock, este personaje tiende a desaparecer en el relato lo que ayuda a acentuar la relación con Smith. Además, Miller realiza un cruce de personalidades afines, Smith y Capote finalmente son uno. En algún pasaje de la película el propio Capote confirma esta teoría al señalar que la vida de ambos es prácticamente la misma: los dos son unos abandonados, la diferencia es que Capote triunfó y Smith no. La similitud de personalidades también queda advertida en que ambos son unos expertos mentirosos y manipuladores que visten piel de oveja para lograr sus objetivos. Capote busca la amistad del criminal para terminar su libro, este último la acepta porque sabe que eso le proporcionará un buen abogado y la remota esperanza de quedar en libertad. Al final lo que se logra es dilatar la pena capital en 6 años.

La tesis final, como señalé, es que Smith y Capote son uno, almas sensibles y atormentadas que buscan validación, lobos que visten con piel de oveja.

La principal apuesta de Miller va en que Capote estuvo dispuesto a cualquier cosa con tal de completar su obra, tanto así que contrata a los mejores abogados para aplazar la fecha de ejecución sólo con el propósito de poder reunir la mayor información, datos, confesiones, etc., por parte de los criminales. La imagen de Capote queda reducida a un egocéntrico, pedante, homosexual y algo desagradable hombre que sólo hace cosas para beneficio propio. Para esta cinta calza a la perfección la maquiavélica sentencia “el fin justifica a los medios”.

Miller en su narración opta por aspectos minuciosos y sutiles de la vida de Capote, su creciente alcoholismo queda sólo esbozado y no se toca para nada su drogadicción, la vida en pareja tampoco es algo que le importe mucho, sirve como apoyo para resaltar que Capote solo piensa en sí mismo: es el ombligo del mundo. Miller logra plasmar perfectamente esta idea por medio de la puesta en escena, es en la primera aparición del personaje en donde queda formada esta imagen, de hecho, Miller repite este recurso a lo largo de la película como indicativo de la personalidad de Capote, ser el centro de la fiesta como imagen metafórica.

Por ese lado la película resulta interesante y motivante, se contiene y no da rienda suelta a los episodios que podrían resultar mucho más dramáticos en la vida del escritor. El acertado uso de la elipsis en momentos claves también ayuda a configurar un filme que no cae en tantos lugares comunes.

No hay dudas con la calidad actoral de Philip Seymour Hoffman, quizás “Capote” no sea el mejor ejemplo por lo anteriormente señalado, la película no es nada del otro mundo y siempre será recordada por la personificación de Seymour Hoffman, característica que me parece insignificante y restrictiva. Da lo mismo que hable y se vea igual al referente, eso ya lo hacen bastante bien varios actores y comediantes. Aquí cae como anillo al dedo la frase de Orson Welles: “El principal enemigo del cine es la realidad”.

©José Miguel Ortega

Título original: Capote
Dirección: Bennett Miller
Guión: Dan Futterman
País: Canadá, Estados Unidos
Año: 2005
Duración: 114 min
Reparto: Philip Seymour Hoffman, Catherine Keener, Clifton Collins Jr. Chris Cooper, Bruce Greenwood

http://www.youtube.com/watch?v=Ehvxvoptt1Q

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