Por Vanessa Vidal Durán
El clásico de William Shakespeare se encuentra en cartelera del Teatro Nacional Chileno, en el marco de la inauguración de la temporada de producciones de la Línea de Apoyo a Teatros Universitarios del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.
Esta vez, nos encontramos con una adaptación que respeta el clásico, mas a su vez posee una exquisita mixtura contemporánea.
Verona, lugar que no solo alberga un amor imposible, sino que también otros importantes temas. Sin embargo, es la exploración del amor mismo el que le da un espacio en el hoy. Ahí radica el desafío, increíblemente bien elaborado, con un sublime trasfondo.
Jacqueline Boudon y Carmen Disa, actrices renombradas, comparten escenario junto a Konstanza Villalobos y Kai Berg, entre otros intérpretes con una importante impronta, que generan en el espectador un viaje de emociones, desde hilarantes momentos, hasta dramáticos espacios.
La música en vivo, compuesta por Alejandro Miranda, genera, junto al trabajo total del equipo, una sincronía y sinergia. Cánticos, danza, fiesta, acompañado de canciones populares conocidas nacionales brindan acoplo con la idea de actualidad.
Los vestuarios, la puesta en escena es mágica. Denota un trabajo sumamente delicado, detallado, generando una autoría total, trabajando lo moderno con lo clásico.
Este montaje, intergeneracional, nos regala una experiencia que también tendrá presentaciones en Puerto Montt y Castro.
Romeo y Julieta es una obra donde, gracias a un desarrollado trabajo de un equipo importante, no solo en escena sino detrás, nos permite no solo estar en la butaca soñando y siendo parte de una gran experiencia, sino que nos permite luego seguir soñando despiertos y recomendar, para distintas audiencias, una experiencia teatral magnífica.