“Oceanos”: comentario de cine. Y te regalamos entradas para que vayas a verla!!!

Un seguimiento por la biodiversidad en los océanos de nuestro planeta. Un mundo extraordinario de belleza y vida, donde las especies no sólo compiten por su propia supervivencia, sino también contra el desequilibrio que la especie humana provoca.

Océanos es una co-producción de corte ecológico Franco-Suiza-Española estrenada por Disneynature en Estados Unidos en el marco del Día de la Tierra, tal como el documental Tierra (2007).

Cuatro años duró la realización de este film, con un presupuesto aproximado de más de 60 millones de dólares.

Lo primero que hay que aclarar sobre este tipo de producciones es que la visión crítica no puede enfocarse en el mensaje de fondo que entrega, ya que siempre es moralmente positivo. Y es que la necesidad de recordar y difundir la precariedad de nuestro medioambiente (una revelación, quizás, para las nuevas generaciones), nunca ha sido tan necesario como ahora.

Ante la variada oferta documental de nuestra época, gracias a la televisión satelital, el prejuicio ante este tipo de películas corresponde al intento de evadir la majadería, es decir, las repeticiones a veces innecesarias de producciones destinadas más a rellenar parrillas programáticas que a defender la ecología. Pero hay que recordar que la televisión es una cosa y el cine es otra: Océanos es una producción que se cuida de los lugares comunes y demuestra estar hecha para ser vista y sentida en la oscuridad de una enorme y bien equipada sala de cine.

La primera imagen que se nos presenta es la del mar. Un mar embravecido. Puede sonar repetido ya que el mar siempre ha estado en nuestro referente audiovisual. Sin embargo, este mar es representado con una objetividad sincera, fría y cruda. Segundos que parecen extraídos de un cuadro. Esa sola imagen inicial nos recuerdan lo falso que pueden llegar a ser las imágenes recreadas por gráficas computacionales (CGI), como las de la película El día después de mañana, por nombrar un ejemplo más o menos reciente. De ahí suceden una serie de viñetas, en las que el océano es el universo y sus criaturas los personajes principales.

Como espectadores podemos ser testigos, por ejemplo, de una batalla tal como se representaba en clásicos del cine donde el cielo era un lienzo en blanco en el que los elementos iban y venían, de lado a lado, en vectores diagonales o de arriba para abajo. Uno ve el final de El Regreso del Jedi, el final de Día de la Independencia o La Batalla de Midway. Basta reemplazar las gaviotas, que se lanzan en picada para agarrar uno de los peces del cardumen, con un “Tie Fighter”; o sufrir junto a una foca, escapando (literalmente) de la mandíbula de un tiburón a no más de diez metros de distancia de un gran pez que trata, al mismo tiempo, de embucharse a uno más pequeño.

El espectáculo también se transmite mediante verdadera poesía visual. Cardúmenes que forman figuras geométricas, o el ascenso de una lenta, gigantesca e impresionante ballena. ¿Son animales reales o mitológicos? La respuesta es obvia, lo que pasa es que la proyección fílmica de estos enormes mamíferos en la pantalla grande ralla en la megalomanía. Tanto, que sobrecoge.

El realismo resulta impactante y se evidencia el gran e imprescindible recurso cinematográfico necesario para el tono épico: la fotografía.

Luc Drion, Philippe Ros y Luciano Tovoli son los experimentados camarógrafos responsables de la excelente cinematografía: Drion trabajó junto a los realizadores de Océanos, Jacques Perrin y Jacques Cluzaud, en su película de 2001 Tocando el cielo (Winged Migration); Ros lleva años de experiencia tras las cámaras y su filmografía es tan variada que incluye el documental A la cama con Madonna; no menos interesante resultan los mas de 50 años de trayectoria de Tovoli, los que incluyen la fotografía del clásico Suspiria, de Darío Argento.

Sin embargo, la narrativa necesaria para exponer el salvaje mundo submarino, tiene una falencia inherente a este tipo de producciones. El espectador se distrae fácilmente y puede caer en al aburrimiento, sobretodo en la mitad del documental. No es pecado parpadear un par de veces si ya se ha visto (y entendido) la descripción específica del mundo cotidiano de tal o cual especie, sobretodo de los delfines, los cuales son reiterados a lo largo del metraje.

Pero si la modorra se vuelve insoportable, los giros dramáticos equivalen a una cachetada que devuelve el interés ante un conflicto que se hace innegable: la inclusión del hombre a este relato, personajes que se dividen en buenos (un hombre y su hijo) y malos (los explotadores). Ambos grupos son descritos con sus acciones y sus respectivas consecuencias. Unos en actitud pasiva y contemplativa, otros como activos carniceros inconscientes del daño que producen.

Océanos es un documental que puede interpretarse como una edificante herramienta diseñada para generar conciencia, o como otra película más, creada para sensibilizar en base al espectáculo. Sea como fuere, se trata de una película valiosa que no dejará indiferente a quien desee verla.

Por Hugo Díaz.

Tenemos 10 entradas dobles para que vayas  a ver este hermoso documental (gentileza de BF distribution). Para ganártelas, sólo comenta este artículo. Los resultados los daremos el próximo domingo 31 de octubre. Mucha suerte. 

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10 Comments

  • Me llamó la atención el trailer de esta película me gustaría verla…

  • Hugo, menudo crticón, te lo has currado, no te falta detalle.

  • Si se demoraron tantos años en hacer el docu, y se gastaron tantas lucas, supongo que será bueno… hay que ir a verlo… si es que me regalan las entradas por supuesto.

  • Interesante,feliz iría si me regalan las entradas. Buen Articulo.

  • Me parece interesante el recordatorio que la madre natura hace de tanto en tanto de las bellezas que nos regala y que tanto sabemos descuidar…Ojalá me pueda ganar entradas!!

  • las imagenes que tenian en los trailers eran increibles….seria genial poder ir a verla….saludos…gran pagina…!!!

  • Creo que es importante volver a los documentales… y se nota que detrás de esta pelicula hay un trabajo muy serio y profesinal, y que las imágenes deben ser extraordiarias. Espero que me den entradas. Muchos saludos. Son los mejores.

  • Hacer la distinción entre documental y película es un ejercicio necesario. Un documental tiene la amplia posibilidad de “aburrir”, lo cual en una película podría no perdonarse. Por lo tanto, si de rescatar elementos se trata, el hecho de que la publiquen como documental es una gracia, considerando que la expectativa con la que nos acercaremos a verla tendrá que ver con eso. Y estoy completamente de acuerdo con aquello de la salida de la televisión de las realizaciones documentales… también es una gracia. Puede que no sea un éxito de taquilla, pero podría ser todo un éxito que unas cuantas personas tomen conciencia acerca del importante papel del ser humano en la preservación de las maravillas naturales.

  • hay que ir a ver la pelicula se nota la calidad de el trabajo !

  • me encanto

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