“Los pingüinos de papá”: el regreso de Jim Carrey

Jim Carrey vuelve esta vez con una película donde hace lo que mejor sabe: poner las caras y hacer los gestos más divertidos. Un arte en el cual Carrey no tiene comparación en el cine, salvo por su predecesor, el mítico Jerry Lewis.

“Los pingüinos de papá” (“Mr. Popper´s penguins”) es una comedia familiar (familiar con mayúscula), basada en un libro de 1938 escrito por el matrimonio de Richard y Florence Atwater. De la novela original, queda bastante poco, ya que la película fue adaptada para nuestra época. Por ejemplo, en el libro, el protagonista es un humilde pintor de casas, mientras que en el filme, Jim Carrey interpreta a un exitoso hombre de negocios que se dedica a comprar enormes propiedades.

Un día, los jefes del señor Popper (Carrey) le piden que adquiera un restaurante muy antiguo y tradicional, ubicado en un lugar estratégico de la ciudad, ideal para poner un moderno edificio. Sin embargo, la dueña del restaurante (la adorable Angela Lansbury, más conocida en Chile como “La reportera del crimen”) no ha querido vender su propiedad a ningún postor, por lo que la tarea de Popper es bastante complicada. Sin embargo él confía en sus capacidades de persuasión y se siente bastante capaz de lograr la meta propuesta. Para ello cuenta además con la ayuda de su muy eficiente asistente Pipi (Ophelia Lovibond). Si lo logra, se convertirá en un socio más de la firma que representa.  Hasta ahí pareciera que la vida de Tom Popper  es sólo éxito, pero en realidad, es un hombre solitario, divorciado amistosamente de su esposa Amanda (Carla Gugino) y que sólo ve cada 15 días a sus hijos Janie y Billy a quienes adora. 

Cuando por fin Popper tiene la oportunidad de conversar con la dueña del restaurante, recibe en su departamento una caja de madera sellada. En su interior, encuentra un hermoso pingüino vivo, herencia de su padre, quien se dedicó toda su vida a viajar y que acababa de fallecer en una de sus travesías. Obviamente un pingüino comenzará a traer varios inconvenientes prácticos en la vida de este hombre de negocios, problemas que aumentarán cuando llegue una segunda caja con cinco pingüinos más. Al principio, la opción de Popper es deshacerse de las aves, pero mientras lo intenta, llegan sus hijos y se encariñan inmediatamente con los hermosos animales. Así, Popper se ve obligado a mantener en su departamento a los pingüinos por unos días más. Lo que él aún no sabe, es que poco a poco también se irá encariñando con esta nueva familia que le cambiará la vida.   

El resto de la trama es muy similar a la de “Mentiroso mentiroso” (1997), anterior comedia de Carrey donde también intenta reconciliarse con su familia, al tiempo que trata de llevar adelante su exitosa carrera profesional. A pesar de ser una historia muy predecible, donde el espectador sabe como va a terminar, lo cierto es que la película es muy graciosa, tierna, y muy recomendable para verla con los hijos pequeños. Es notable además la química que hay en pantalla entre los pingüinos (que en la mayoría de las tomas son reales y no generadas por computador) y los actores, en especial con Jim Carrey, tal vez el único intérprete en el mundo que puede ser sobreactuado y genial al mismo tiempo. Si bien es probable que este filme no llegue a ganar ningún premio por su calidad fílmica, es de aquellos que a veces se convierten en clásicos de la cultura popular (como “Mi pobre angelito”), y no sería raro que dentro de un par de años la veamos en incontables ocasiones en algún canal de televisión abierta.

Por Juan Carlos Berner.

Related post

1 Comment

  • TRATAREMOS DE IR A VERLA CON MI FAMILIA, ME GUSTA MUCHO JIM CARREY, ES GENIAL!!!, SALUDOS

    LEO MATUS

Deja una respuesta

Su dirección de correo no se hará público.