Esta semana se estrenó en FOX la esperada serie “American Horror Story”

Pucha que cuesta hacer terror estos días, en una sociedad cada vez menos impresionable y más tecnologizada. Ya nada asusta: Ni el cuco, ni la muerte, ni los fantasmas, monstruos o pesadillas que nuestro mundo positivista ha ridiculizado, ayudados por los horrores de  la actualidad que dejan chicos a todos los sicópatas y zombies del séptimo arte, confirmando la máxima de “La realidad supera a la ficción”. Nuestra era actual ha parido monstruos que ya quisieran haber forjado los más connotados directores y guionistas, quienes se las ven cada vez más de cuadritos al momento de hacer una historia de miedo que resista la crítica más benévola. La mayoría ha optado por un terror de pixeles, donde lo que prima es un monstruo bien hechito y efectos espectaculares, pero de terror nada de nada. Algunos se han aventurado por el camino del terror psicológico o truculento tipo “Saw” o “El Aro”. Muchos de estos experimentos terminan siendo más thriller de suspenso que de terror en sí, y la verdad no soy optimista en lo que respecta al futuro de este género, que tuvo sus inicios en la literatura, cuando lo importante en una historia era la imaginación, recurso cada vez menos aprovechado por los creativos.

La nueva serie “American Horror Story” intenta recuperar algunos elementos del terror tradicional y añadirle cosas más actualizadas. El resultado es una historia bien contada, con buenos momentos y envolvente, sin llegar al extremo de asustar. Consigue intrigarse y tiene misterios que engachan, pero nada más. No sé si ese era el propósito o perseguía fines más ambiciosos, como el terror mismo.

En muchos aspectos, la historia recuerda ligeramente a “Lost” ¿Se volvió loco el que escribe esta lesera? Si no tienen nada que ver. Pero si se paran a pensar, ambas series toman un concepto clásico y ultra manoseado – Perderse en una isla deshabitada e irse a vivir a una casa embrujada – y resignifican el concepto, o actualizan y le dan una mirada más acorde a los códigos actuales. Ambos sugieren que el espacio es un personaje. Y las dos historias se nutren de la evocación de misterios y datos inconclusos que van hilvanando una trama llena de secretos que tardarán en ser revelados. En este caso, el tejemaneje tiene tintes terroríficos. Cada capítulo deja más cabos sin atar, presenta a nuevos personajes y da a entender que se cocina algo grande. Hasta ahora lo ha logrado bastante bien, y el tono de suspenso sicológico funciona, salvo por pequeños altibajos en los pocos capítulos que he visto. Solo se ruega encarecidamente que en su afán por suscitar intriga, no le pase lo mismo que a “Lost”, y que no genere más expectativas de las que estaba preparada para explicar, culminando con un final decepcionante y escudado en el pretexto de “La trama es súper loca, no te la cuestiones, es así, los caminos del señor son misteriosos.”

A muchos no les va a parecer la comparación que estoy haciendo, y los comprendo. Se trata de dos casos completamente distintos. No espere ver una serie parecida a la mencionada. “American Horror Story” tiene una cosa media David Lynch en el tratamiento de personajes freaks, con escenas algo anormales y desconcertantes, que sugieren de antemano que los misterios no se irán explicando de forma coherente ni que debemos esperar que todas las piezas del rompecabezas terminen encajando a la perfección. El todo calza pollo acá no corre. Algunos momentos y personajes me recordaron a Twin Peaks.

La historia trata de una familia que se muda a una casa cuya reputación está mancillada por una serie de asesinatos cuyas víctimas son antiguos inquilinos. Por lo menos cuatro diferentes moradores han sido protagonistas de horribles sucesos. El padre de ducha familia arrastra la culpabilidad de haber cometido una infidelidad en su matrimonio, y la nueva residencia ofrece una esperanza de empezar de nuevo y hacer borrón y cuenta nueva. No sabe ná. A la vida de esta familia irán surgiendo, quiéranlo ellos o no, una serie de estrafalarios personajes que construirán una trama llena de sucesos extraños, asesinatos, terror y desesperación. La misma moralidad de cada personaje será puesta en jaque, y muchas veces el terror a ser asesinado pasará a un plano secundario, sucumbiendo al terror a que tu familia te conozca tal como eres, que tus inseguridades salgan a flote, o al mismo gil que tienes frente al espejo.

Hasta el momento, los elementos han sido bien manejados. Y otro punto importante, no recurre a ese terror saltón tan popular en el cine actual, así que es un bien signo. Esperaremos cómo se irá desarrollando la cosa.

Por el Genial Felipe Tapia

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1 Comment

  • No puedo estar más de acuerdo con la crítica. Que bueno que la tele al menos intente hacer cosas medianamente novedossas en el género del terror, ya que el cine hace rato parece que se rindió y hace solo secuelas, y de películas malas más encima. Grande Tapia.

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