Emmys 2013
La gala más importante de la televisión norteamericana tuvo varias sorpresas y un ritmo bastante cansino. Aquí les comentamos los principales hitos de la noche que nos trajo más penas que alegrías.
El salto de los secundarios
No estaba en los planes de nadie, ni siquiera de la misma ganadora, pero Merrit Wever se alzó con el Emmy a mejor actriz secundaria en comedia por su papel en “Nurse Jackie”. Su discurso fue tan inesperado como su triunfo: “Gracias, no sé qué decir. Me voy”. Y es que nadie apostaba que esta joven actriz destronara a Julie Bowen de “Modern Family”, ganadora por tres años consecutivos. De hecho si Bowen no ganaba, las apuestas iban por la exuberante Sofía Vergara o por Jane Krakowski, la entrañable Jenna Maroney de “30 Rock”, pero otra vez ambas se quedaron sin premio.
Lo mismo sucedió en la categoría de mejor secundario en comedia, donde los actores de “Modern Family” monopolizaban, como ya es costumbre, las nominaciones. De cinco cupos tres fueron ocupados por ellos, sin embargo a la hora de otorgar el premio, los académicos se inclinaron por Tony Hale, un actor que se hizo conocido en “Arrested Development” y que ahora aparece como el psicopático asistente de la vicepresidenta de Estados Unidos (interpretada por Julia Louis-Dreyfus) en “Veep”.
En drama la sorpresa se repitió cuando el mejor secundario fue entregado a Bobby Cannavale quien tiene una sólida actuación en la serie de época “Boardwalk Empire”, pero que no estaba ni de lejos entre los favoritos. Así el actor dejó en el camino a los intérpretes de las cuatro de series más exitosas del momento “Breaking Bad”, “Downton Abbey” “Game of Thrones” y “Homeland”, desatando la ira de los fans.
Finalmente en la categoría de mejor secundaria en drama se hizo algo de justicia y se premio a Anna Gunn, la esposa del químico-narcotraficante de “Breaking bad”. Además de su excelente performance en la serie, se la reivindicó después de unos meses bastante duros en que los exaltados fans la han culpado en las redes sociales por todos los males del protagonista.
Principales: De dulce y agraz
Después de dos ganadores predecibles en comedia, Jim Parson (Sheldon Cooper) por “The Big Bang Theory” y Julia Louis-Dreyfus por “Veep”, vino el asombro máximo. Mejor actor principal fue entregado a Jeff Daniels por su papel de presentador ancla en la serie de HBO “Newsroom”. Sin duda era el más débil de todos los nominados, además está en una serie que no ha tenido buenas críticas ni éxito de audiencia. Bryan Cranston, protagonista de “Breaking Bad”, era el favorito en todos lados y una vez más se le excluyó del galardón. Seguido muy de cerca estaba el ganador del Oscar, Kevin Spacey, que este año debutaba en las premiaciones con “House of Cards”. La tercera opción era Damian Lewis, el teniente Brody de “Homeland” que había ganado el año anterior. ¿Qué pasó? ¿Por qué le dieron el premio de Daniels? Aún nadie lo entiende.
Finalmente como mejor actriz de drama, se repitió el plato Claire Danes por su papel de la inestable Carrie Mathison en “Homeland”, una actuación que ha sido alabada por los críticos y el público y para ser sinceros, corría prácticamente sola en esta categoría.
Una nueva y una vieja
En las mejores series del año, se mezclaron lo nuevo y lo viejo. Por un lado “Modern Family” repitió por cuarto año como mejor comedia (dejó a “Girls” y “The Big Bang Theory” en el camino) y “Breaking Bad” se llevo por primera vez en sus cinco años de emisión el galardón como mejor drama.
Como mejor miniserie triunfó “Behind the Candelabra” que cuenta la historia del controvertido pianista Liberace. La producción de HBO le dio sus primeros Emmy a Michael Douglas como protagonista y a Steven Soderbergh en la categoría de dirección.
A modo de balance hubo dos grandes perdedoras. Aunque logró un premio para David Fincher (mejor dirección en serie dramática) “House of Cards” de Netflix, no logró el impacto esperado y no obtuvo ninguno de los premios que podrían haberla hecho hacer historia. La segunda gran perdedora fue “Mad Men” que parece haber perdido el interés y el cariño de los críticos después de años de entusiasmo y se fue con las manos vacías para la casa.
©Aldo Vidal