El mundo de Philip Seymour Hoffman, 1ª parte: “Happiness”
En esta temporada de premios recordamos la pérdida de uno de los grandes. Bueno, en realidad perdimos a varios durante los pasados doce meses: desde Shirley Temple a Joan Fontaine; desde Maximillian Schell a Peter O’Toole; Paul Walker, Esther Williams… ¡Ray Harryhausen! Pero sin duda la patada en la entrepierna fue Philip Seymour Hoffman. Su antinatural muerte a los 46 años nos tomó a todos por sorpresa. Esperábamos grandes cosas de él. Durante esta semana bucearemos en su extensa filmografía como eterno actor de reparto, villano y protagónico. El contexto de sus roles más importantes revela que el cine no es sólo un modo de entretenimiento de masas, sino también un espejo de lo fantástico, bizarro, terrible, sórdido y mordaz que el mundo puede llegar a ser. Junto al genial Felipe Tapia, damos inicio a la vuelta por el universo Hoffman: “Happiness” de Todd Solondz.
“Happiness”: felicidad incómoda, pero de verdad
Pucha que son importantes las conexiones, oiga. Gracias a ellas he conocido tantas cosas. A veces escucho un tema que me gusta en una película y termino conociendo una banda pulenta. Así me pasa siempre. Conocí la película “Happiness” (1998) gracias a que su carátula fue dibujada por el gran Daniel Clowes. La película describe y relata un mundo muy parecido a los comics de Clowes, lleno de situaciones cotidianas pero patéticas, personajes corrientes pero a la vez llenos de trancas y psicosis, desnudando lo que más nos avergüenza de nosotros mismos. Claro, acá de manera mucho más exagerada.
Dicen que el arte debe producirnos una respuesta estética. De todas las definiciones de arte que he escuchado en mi vida esta es la que más me ha gustado. Pero ojo, que esta cosa viene con letra chica. Nadie ha especificado que la respuesta estética deba de ser agradable. “Happiness” desencadena un montón de sensaciones: incomodidad, aversión, angustia y, salvo un par de escenas ligeritas, es una película que se disfruta no disfrutándose. El éxito es el motor de las vidas de los personajes en todas sus facetas: el éxito amoroso, el éxito económico y uno mucho más profundo y complejo, que tiene que ver con cómo nos realizamos como personas y qué es aquello que de verdad nos llena, por sórdido que eso sea. La película trata sobre lo que significa ser tú mismo.
La historia narra las vivencias de varios personajes conectados por tres hermanas que han hecho de sus vidas cosas muy distintas entre sí. El padre de las tres ha resuelto de pronto que no quiere a la madre y no siente nada por nadie, aunque no por eso quiere separarse. Helen (Lara Flynn Boyle), la primera hija, es exitosa, guapa y tiene un buen trabajo, pero ese mismo éxito la ha llevado a sentirse vacía e intrascendente. Todo eso la conduce a buscar la sordidez en Allen, el reprimido vecino encarnado por Philip Seymour Hoffman. La segunda hija, Trish (Cynthia Stevenson), es la más realizada de las tres. Tiene una hermosa familia, un esposo trabajador y tres hijos. Sin embargo, tras esa calidez hogareña descansa el secreto más sórdido de todos: Bill (Dylan Baker), el esposo, tiene poderosos impulsos pedófilos que ya no puede reprimir más, los que saciará mediante prácticas que pueden shockear al menos impresionable. Y todo ello sin escenas explícitas, que es uno de los puntos fuertes de la película. No necesita recurrir al lenguaje visual impactante para retratar una sociedad enferma y desquiciada. Gracias al personaje de Bill, que sirve como punto de referencia, las extrañezas de otros personajes, como el degenerado telefónico que encarna Philip Seymour Hoffman, de pronto no nos parecen tan asquerosas y enfermas. Todo ello porque la película maneja muy bien los contrastes entre los personajes. En ese sentido, no importa qué tan depravado seas, alivia pensar que por ahí anda alguien mucho peor que tú (de verdad, eso me hace sentir bien ¿A ustedes no?).
Finalmente tenemos a la tercera hija, Joy (Jane Adams) —No tengo que explicar la ironía del nombre ¿Verdad?)— quien es la más perdida en términos económicos, amorosos y de realización personal. Su vida aún es una constante búsqueda, lo que despierta la compasión y desprecio de los propios miembros de su familia. Pero en cierta forma es la más honesta de todos, quizás porque no posee ninguna ilusión de éxito o felicidad que proteger.
También hay un montón de secundarios, cada uno con sus peculiaridades, chicas o grandes, y es lo interesante del filme, que combina lo cotidiano con lo estrafalario de un solo plumazo. La línea que separa una simple extravagancia o preferencia de una depravación, es delgada y arbitraria, y despierta la paranoia de que cualquier persona, por corriente que parezca o por mucho que conozcamos, puede esconder una mente degenerada y enfermiza.
Otra cosa notable de la película es lo complicado que resulta clasificarla: ¿Se trata de un drama? ¿O es más bien comedia? El género de comedia original sugiere un retrato de la sociedad moderna y presenta a personajes con defectos exagerados, lo que encaja muy bien con lo que es esta historia. Sin embargo, lo que menos produce es risa. Y es quizás una vuelta a las raíces del género, perdido entre la risa fácil y la pachotada facilona. Podría decirte que se trata de una comedia que en lugar de hacerte reír, te pone incómodo.
Un mundo retorcido, shockeante y a la vez conmovedor es lo que nos ofrece esta cinta de Todd Solondz, allá por el año 1998, cuando Philip Seymour Hoffman ya se había labrado una importante reputación en su carrera como actor. Me pareció una etapa importante de su vida, por eso le rendimos homenaje a este multifacético y tremendo actor que hace poco nos dejó. También quisiera repetir lo de las conexiones. No las ignoren. Conocerán fabulosas piezas de arte de todos los géneros si están atentos y son busquillas. Es un consejo de su crítico regalón. A mí me ha funcionado.
Por ©Felipe Tapia, de regreso desde hoy al mundo de los vivos
http://www.youtube.com/watch?v=Wkt2CObz7tQ
Trailer:
http://www.youtube.com/watch?v=_1bgBZJSnNU
1 Comment
Quiero ver esta película su descripción y su trailer se ve muy entretenido
Gracias