“Doctor Who”: Final de temporada y especial de navidad 2014
Acabó la temporada 8 de “Doctor Who” con el acostumbrado especial de Navidad, luego de los eventos pasados en los que estuvieron involucrados los Cybermen y The Master, o mejor dicho Missy. Fue una temporada arriesgada, experimental y distinta a lo que estábamos acostumbrados, y ciertamente con altos y bajos. Solo tenemos la certeza de que Clara continuará una temporada más al menos, y con esto se convertirá en la compañera de la nueva serie que más ha durado, junto con Amy Pond. Recordemos que la pelirroja estuvo dos temporadas y media (Rose solo estuvo dos, las demás una). A este ritmo, quizás Clara pase a ser la compañera que más tiempo dure con el Doctor en la nueva serie. Curioso ¿No? Muchos no le tenían mucha fe, dado su carácter conflictivo y su reticencia a aceptar al Doctor regenerado.
Fue grato ver a un Doctor más maduro, y que el personaje regrese un poco a sus orígenes en la serie clásica, y no necesitar coquetear con la compañera ni sobreactuar para caer bien. Por primera vez en la nueva serie teníamos a un Doctor que no era una caricatura, y sin desmerecer el trabajo de Eccleston, Tennant o Smith, Capaldi demostró superar ampliamente las expectativas, siendo más oscuro, más implacable, menos payaso.
La relación entre él y Clara no partió muy bien. De hecho, era un poco molesto que dedicasen tantos minutos en pantalla a que el Doctor tenga que justificarse a sí mismo frente a los fans (Como alguna vez tuvo que hacer Colin Baker). Pero la cosa fue mejorando con el tiempo, y el Doctor demostró que no iba a ser el viejo gagá que necesitaría de la orientación de Clara, y Clara a su vez demostró que no tenía que ser la aprendiz tontorrona que hace preguntas y es rescatada todo el tiempo.
La química entre ambos personajes no era para nada miel sobre hojuelas, era de hecho bastante conflictiva y eso nutrió positivamente la trama. No al nivel de Décimo-Donna, pero sí resultó un experimento interesante. Como los amigos en la vida real, tenían desacuerdos, diferencias y hasta peleas. Y hasta se mandaron a la chucha, cosa muy inusual para la serie. Aquella actitud condescendiente del Doctor recordaba bastante a la de William Hartnell, y desde Ian y Barbara que nadie le plantaba cara al Doctor como lo hizo tan bien Clara en esta temporada. De hecho, ese momento en el que la profesora sube y baja al Doctor por haberla sometido a una prueba tan fría en “Kill The Moon”, fue uno de los mejores momentos de la temporada. Era la primera vez que la mandona insufrible comenzaba a quejarse por cosas de verdad, en lugar de seguir lloriqueando porque el Doctor tenía canas.
Otro de los momentos memorables fue el Doctor moviendo la TARDIS como Dedos de Los Locos Adams en “Flatline”, o cuando nos recuerdan que él ha acumulado tanto odio como los Daleks en “Into The Dalek”, o cuando nos muestran, en Listen, el mejor episodio de la temporada, a un Doctor como un niño asustado, que le teme a los monstruos bajo su cama como cualquier infante normal.
Sin embargo no todo fue positivo en esta temporada. Y hay que reconocerlo, resulta muy difícil a estas alturas que una serie llegue a su octava temporada y mantenga el mismo nivel de calidad. A mi juicio se notó mucho el reciclaje de ideas y alusiones inconscientes a otros episodios. Por ejemplo, la Momia de “Mummy on the Orient Express” nos recuerda demasiado a otros episodios en los que se nos muestra a una versión espacial de un monstruo clásico. Es decir, si funcionó con minotauros, brujas, fantasmas, vampiros y Satanás, probemos ahora con momias. Y lo mismo puede aplicarse a la versión espacial de un medio de transporte terrícola conocido por todos: Si hicimos la versión espacial del Titanic, ahora repitamos el chiste con el Expreso de Oriente. La gente desaparecida en “Flatline” recuerda mucho a argumentos como “Fear Her”, de la segunda temporada.
Siguiendo con el reciclaje, el episodio “Deep Breath” y el de” Robot of Sherwood” nos muestran a un villano atrapado en una era, haciendo uso de todos los recursos para escapar, camuflado con una fachada que pase desapercibida en la Tierra y con sirvientes inhumanos e implacables ¿No les resultó demasiado clichés? ¿Algo así como los malos de “The Talons of Wei Chang” o “City of Death”? Claro, con este nuevo Doctor se estaban intentando recuperar elementos de la serie clásica, pero la idea era, al mismo tiempo, seguir innovando.
El episodio “In The Forest of the Night” recicló muchos elementos alusivos de la serie, como la niña con capacidades extrasensoriales que ve cosas que los demás no, o el bosque como una comunidad pensante colectiva, que me recordó bastante al especial de Navidad de la sexta temporada. También no me pareció muy convincente que en este episodio Clara se rehusara a ser salvada en la TARDIS para “no quedarse sola”, o que no haya querido salvar a los niños ¿Quién no lo habría querido, en su lugar? ¡La Tierra iba a ser incinerada, por amor a Cthulhu!
Lo admito, hubo varias cosas de esta temporada que no fueron de mi agrado. No me gustó que hicieran chistes con las cejas del Doctor, como si cada Doctor estuviese obligado a tener una parte graciosa de su cara (Las orejas de Eccleston, la barbilla de Smith). También me resultó bastante forzada la hostilidad del Doctor hacia Danny Pink ¿Por qué? Es decir, la hostilidad del Noveno hacia Mickey tenía sentido, este último lo insultó en el primer episodio, además de comportarse como un cobarde. Pero Danny Pink nunca le hizo nada al Duodécimo ¿Por qué tanta mala onda gratuita? El chiste recurrente acerca de que Pink era profesor de Educación Física, a mi juicio estaba de más. Sí, ya lo sé, a estas alturas todos deben considerarme un amargado insoportable.
Luego del episodio “Kill The Moon” en el que Clara magistralmente escupe en la cara al Doctor lo desgraciado, paternalista y manipulador que fue con ella, uno esperaría que ese enojo persistiera un tiempo. Pero no, al siguiente episodio, “Mummy on the Orient Express”, nos muestran a los dos reconciliados, y simplemente tenemos que dar por sentado que Clara lo perdonó, sin mayores explicaciones. Eso fue dar pie atrás a una idea que podría haber sido excelentemente desarrollada.
Tampoco me agradó ese fallido intento por introducir a personajes niños en la serie, siendo que no funcionaba nunca: los niños que cuidaba Clara en la temporada anterior y que fueron a la Luna, la chica problema Audrey, los niños que cuidaban Clara y Danny en el décimo episodio. Amigos, si no resultó a la primera, desistan.
Y para terminar, la invasión de los Cybermen de “Dark Water/ Death In Heaven”. Hay algo que me resulta interesante y deleznable a la vez: Hubo un intento por retratar y parodiar a una sociedad del espectáculo enajenada, alienada con entretenimientos, que ha perdido la capacidad de asombro y que por eso, al ver un ejército de Cybermen, se saca sefies con ellos. Ello nos demuestra la magnífica capacidad de la serie para actualizarse y adaptarse a los códigos de la nueva época, y está claro que pretende hacer una crítica al decadente autismo tecnológico en el que nuestra cultura se sumerge cada vez más, pero lamentablemente fue en detrimento de la coherencia argumental de la serie ¡Que la última invasión Cybermen a la Tierra fue el año 2006, hace 8 años caramba! ¿Cómo la gente no se iba a acordar? Si tan enajenados no estamos.
Y por supuesto, tampoco puedo dejar de lado a Missy, la versión femenina de The Master. No tengo nada en contra de que la serie experimente con derroteros nuevos, de hecho ese es precisamente el sello de “Doctor Who”, pero si empezamos a aceptar que un Time Lord como The Master pueda regenerarse en una mujer, también tendremos que aceptar tarde o temprano que el Doctor lo haga, y la próxima regeneración podría ser una Doctora ¿Qué tan bueno podría ser eso?
Pese a los altibajos creativos, evidentes en todo experimento de esta naturaleza, la temporada finalizó con un especial de Navidad muy bien logrado, “Last Christmas”, que mantuvo el humor y el dramatismo de la serie, profundizó en la relación entre Clara y el Doctor, nos recordó en algunos momentos a Alien, y para mi gusto, desarrolló muy bien una idea archi manoseada como la del “sueño dentro del sueño dentro del sueño”. Una idea como esa pudo haber sido una catástrofe, pero en cambio nos regalaron para la pascua una historia entretenida, inteligente y que nos dejó con más ganas de Doctor Who. Esperamos con ansias la nueva temporada, incluso circulan bastantes rumores de que David Tennant vuelva en algunos episodios. Ojalá que la serie se siga reinventando, se siga renovando y no se estanque en lo seguro y repetitivo. Queremos que persista ese sello tan propio e inimitable de la serie. Solo en “Doctor Who” puedes ven una historia en la que coexistan unos crustáceos espaciales devora humanos y el Viejo Pascuero en su trineo, y que siga teniendo sentido. Ninguna otra serie lo va a lograr jamás.
© Por Felipe Tapia, un crítico con notorios problemas de personalidad.
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