Crítica de cine: “Mujer Maravilla”

 Crítica de cine: “Mujer Maravilla”

En el año del “despertar” del feminismo (así entre comillas, porque hace harto rato que existe), se ha estrenado la primera película de una súper heroína: “Mujer maravilla”. No voy a caer en las comparaciones odiosas porque, para mí, más importante que si DC había logrado equiparar a Marvel (qué lata), era que por primera vez habría una mujer invencible en la pantalla grande. Con súper poderes y cultura empoderada. Dirigida por una mujer además. Pensé que esta sería la puerta a las películas de súper héroes que le darían un espacio a las niñas y mujeres del mundo… y tenía razón. Poca, pero la tenía.

La verdad es que desde los trailers que se notaba que Diana (Gal Gadot), la “Mujer Maravilla” tendría un discurso feminista. Y no podía ser de otra forma; es originaria de una isla donde sólo viven mujeres guerreras, las más feroces que uno se pueda imaginar y protagonistas de una de las mejores escenas de pelea de la película. Nunca en la vida han necesitado hombres para sobrevivir y, cuando aparece uno, les deja la embarrada, porque, no sólo le gusta a Diana, si no que, además, les cuenta que hay una guerra que parece no tener fin, que ya tiene muchísimos muertos y que está devastando al mundo (La Primera Guerra mundial). A Diana la criaron pensando que era su deber defender la Tierra, por lo que decide entrar a este mundo en guerra y hacer eso pos, defendernos. Este mundo le demuestra que, en las primeras décadas del siglo XX, las mujeres no son consideradas para nada; de hecho, una le menciona que pronto lograrán votar, con mucho orgullo. La obligan a cambiarse ropa, porque no puede mostrar las piernas, intentan sacarla de las conversaciones de hombres, no creen que tenga la fuerza para vencer al bando enemigo, etc. La detienen constantemente en el desarrollo de su misión, tanto, que si no fuera porque le decían tanto que no a las cosas que quería hacer, la guerra hubiera terminado muchísimo antes.

Eso es lo que más me cargó de la película. Porque, estará muy dirigida por una mujer (Patty Jenkins), pero la historia la escribieron tres hombres. Y se nota, porque todo el tiempo vemos a esta mujer, que es una maravilla de la naturaleza, desde la perspectiva de los hombres. Ella, como la “Mujer maravilla”, es la única mujer que es empoderada en la película, todo el resto está como de adorno, incluso la “Doctora Veneno”, que pintaba para ser la mejor antagonista, pero no, quedó como una mujer al servicio de un hombre desquiciado. Por eso me desilusionó; teniendo la posibilidad de que Diana, aparte de ser guerrera y luchar contra los alemanes, instaurara un cambio en las mujeres que conocía, no lo hicieron, sólo se concentraron en su maravilla y en la de nadie más. Los mismos hombres que la acompañaban resultaron ser bastante inútiles, salvo Steve (Chris Pine), el interés amoroso, que resultó ser un buen compañero de aventura para ella. Tengo que destacar eso: aunque hay una cosa amorosa entre ellos, no es para nada lo principal en la historia, que es lo que la salva definitivamente de ser una película igual que las otras.

Resumiendo, le faltó a la “Mujer Maravilla”. Hay varias cosas que pudieron ser mucho más épicas y emocionantes si le hubieran prestado más atención a otros detalles, pero, la verdad, es que lo pasé bien viéndola, a pesar de los 28499448282 “hero landing” (así le dicen a ese cuadro en el que el Héroe aterriza y queda en pose hermosa) y las 45943223023493 cámaras lentas en las peleas (con la mitad hubiera sido suficiente). Tiene una conexión media chanta con el resto de las películas, pero la verdad, es tan mínima, que se le perdona.

De todas formas y a pesar de las cosas que pudieron ser mejores, creo que está bien la “Mujer Maravilla”. Espero que con ella se abra la nueva era del cine femenino y podamos ver más Dianas, Emperators Furiosa, Sarahs Connors y Ellens Ripley como heroínas y ejemplos a seguir, para las niñas.

Por Gaby Potter.

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