Crítica de cine: “Los indestructibles 2”

Tengo poco más de 30 años y soy de los que creció viendo películas de acción protagonizadas por Stallone, Shwarzenegger, Bruce Willis o Van Damme. Filmes que en muchos casos, detrás de las balas y las patadas, escondían mensajes muy humanos, universales, o incluso se adelantaron a su época. Por ejemplo ” Rocky 4″, que en plena época de la Guerra fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética, mostraba el enfrentamiento entre estas dos naciones a través de la lucha de dos boxeadores. Rocky era el tipo esforzado, que entrenaba en la calle, golpeando carne. El ruso en cambio era entrenado con tecnología de punta, un equipo de científicos y un gran presupuesto (probablemente en la realidad hubiera sido al revés). El ruso era más alto y fuerte que Rocky, pero este último, debido a su nobleza y trabajo duro ganaba la batalla, y al final más encima, daba un mensaje de paz. Por otro lado en “Terminator”, el padre de John Connor hablaba, a principios de los 80, que en el futuro todas las computadoras del mundo estarían conectadas entre sí; el visionario James Cameron se adelantó de esta forma en casi 20 años a la masificación de internet.
Ahora, no todos los filmes de acción tenían ese nivel, es cierto, pero eran entretención de matiné bien hecha, tenían un alma, y la mayoría de los varones nos queríamos ver reflejados en el héroe de turno, que a pesar de las heridas y el barro, al final se quedaba con la damisela en apuros. Verdaderas versiones modernas de “Robin Hood” o “Ivanhoe” y relejo de un Estados Unidos posguerra que imponía a través del cine, al héroe prototipo.

Hace un par de años, el muy inteligente Stallone reunió a varias de estas estrellas de cine, muchas cuya carrera estaba en franca decadencia (como Dolph Lundgren) y los juntó en “Los indestructibles”, una película que cumplía con los cánones de las viejas películas de acción, mostrando a un grupo de veteranos combatientes que aún seguían en misiones. Más allá del guión, que era bien mediocre, y con un antagonista débil (que representaba a una especie de Fidel Castro de poca monta) la película fue un éxito de taquilla, solo por el hecho de que todos queríamos ver a nuestros héroes de la niñez juntos en la pantalla.

Hoy, Stallone no solo repite la fórmula, sino que la mejora ostensiblemente. Además de sumar a varias figuras del género, como Van Damme y Chuck Norris, la trama está mucho mejor armada en esta secuela. El equipo de Barney Ross (Stallone) deberá pagar una deuda pendiente con Church (Bruce Willis) que consiste en una misión para rescatar una caja fuerte de un avión accidentado. Todo parece bastante sencillo, hasta que son emboscados por Vilain (una clara caricatura a la palabra villano en inglés) interpretado por Jean Claude Van Damme, un malo con mucha onda y despiadado hasta decir basta. A partir de ahí se genera una persecución entre la banda de Ross y la de Vilain, y comienza un filme que se aferra de todos los códigos de las películas de acción ochenteras.
Lo interesante es que, a diferencia de la primera que es una película clásica, “Los indestructibles 2” se va de lleno por el camino de la comedia, y lo hace de manera brillante. Creo que hace mucho tiempo no me reía tanto viendo una película, que a su vez se ríe de sí misma y de cada uno de los clichés del género. Hay varias citas a otras películas de los mismos actores, y las expresiones que estos ponen al decirlas es notable. Shwarzenneger incluso actúa tieso como un robot. Además es impagable ver al Gobernator junto a Silvester Stallone y Bruce Willis juntos en un mismo plano: sencillamente un lujo. Sin embargo lo mejor de todo son las apariciones (aunque no lo crean) de Chuck Norris… Pero no les quiero arruinar la película con spoilers. Solo les quiero decir que “Los indestructibles 2” es una película muy divertida, inteligente, llena de acción, y que será del gusto de todos los amantes del género. Sencillamente, la mejor película de acción del año.

(c) Por Juan Carlos Berner

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