Crítica de cine: “La familia Bélier”
Choque cultural
Los que han tenido la oportunidad de convivir o trabajar con personas sordas, tal vez han conocido la llamada cultura sorda. Para los no oyentes, su forma de vivir tiene muchas diferencias con las del resto de las personas, y debido a esto se conforman algunos rasgos culturales propios. Por ejemplo, los sordos ponen la música muy fuerte, porque sienten las vibraciones de los tonos bajos en el cuerpo, o los timbres de las casas son lumínicos en vez de auditivos. Por eso algunos sordos defienden tanto la lengua (no lenguaje) de señas, y muchos no quieren por ningún motivo ser oyentes. Ser sordo es parte importante de lo que son y no lo sienten como una discapacidad, porque de hecho no lo es.
En “La familia Bélier” Paula es la única oyente. Su padre, madre y hermano son sordomudos y solo se saben comunicar con señas. El padre además es terco, demasiado extrovertido y un poco racista, mientras que la madre no tiene el más mínimo sentido de la prudencia. Todos viven en una granja en un pequeño pueblo de Francia, y se sustentan de la ganadería y la venta de quesos.
Paula está en plena adolescencia, en esa búsqueda por saber qué hará con en su vida, con todos los problemas que tiene esa edad. Mientras, su profesor de música está frustrado por que lleva muchos años enseñando a chicos a los cuáles no les ve ningún futuro. Eso hasta que oye a Paula cantar, y se da cuenta que es un diamante en bruto. El profesor invita entonces a la chica a participar en un prestigioso concurso de canto, que de ganar, la obligará a irse a una escuela en París, lejos de su familia. Paula sabe que a sus padres no les gustará esto; siente que ellos dependen de ella para comunicarse y piensa que si se va les producirá un gran daño, por lo cual decide concursar en secreto.
La cinta de esta forma nos presenta un intenso relato enmarcado en un fuerte choque cultural, que además se produce dentro de esta familia en momentos en que Paula se está transformando en mujer y se da cuenta de que puede ser independiente. La película enfrenta este conflicto sin tapujos y con mucha inteligencia. Generalmente los medios de comunicación muestran a las personas con capacidades diferentes como sujetos de lástima, y no los muestran como personas con virtudes y defectos, como somos todos. Los Béliers, como todos los sordos, son absolutamente capaces e incluso son, en muchos sentidos, personas desagradables. Por eso es muy fácil como espectador ponerse en el lugar de Paula y sufrir con ella por la encrucijada en la que está: seguir sus sueños o continuar apoyando a su insoportable familia, la cual además tampoco puede apreciar su talento.
Todo el asunto además se nos presenta en formato de comedia, lo cual hace aún más interesante y genial el filme. Un humor a veces sutil y a veces directo, pero que hace reír a cada instante y que se equilibra eficazmente con los momentos de dolor que hay en la cinta.
“La familia Belíers” es una hermosa película, de esas que se recuerdan con cariño y que cada cierto tiempo, dan ganas de volver a ver.
© Juan Carlos Berner
En Twitter: @jcbernerl
2 Comments
Hay que reconocerlo, no solo hace reír, también hace llorar y de verdad.
y otra cosa, para los que salen de la sala en cuanto comienzan los créditos y no se preguntan ¿y qué pasó con esto y lo otro? esa secuencia de fotos entre los créditos finales los aclaran.