Crítica de cine: “Capitán Phillips”. Emociones a lo gringo

 Crítica de cine: “Capitán Phillips”. Emociones a lo gringo

Cuando a uno le dicen que el tema de la película es unos piratas que asaltan un barco, uno no puede evitar remontarse a un escenario tipo los Piratas del Caribe, pues tendemos a pensar que el concepto de abordar un barco y robar los bienes que transporta es algo que nuestra sociedad dejó atrás hace siglos. Pero Capitán Phillips nos muestra que es un problema real, existente y probable, al menos en algunas latitudes del mundo, en donde las pocas oportunidades económicas y el tercermundismo  la piratería es una opción viable.

Tom Hanks interpreta a un capitán a cargo de un barco que debe navegar por peligrosas aguas cerca de Somalía, en las que peligrosos piratas intentan apoderarse de la embarcación mercante de la marina gringa. Al no recibir ayuda del exterior, el Capitán Phillips (Tom Hanks) tendrá que usar toda su astucia y en un acto de valentía extrema, evitará una masacre y protegerá a su tripulación, cambiando el paradigma de “Un capitán se hunde con su barco” al de “Un capitán abandona su barco para proteger a su tripulación”.

La película, basada en una historia real,  recuerda bastante a premisas como “Argo” de Ben Affleck, ya que es una historia en la que el Gobierno de los Estados Unidos es el bueno de la película, y la labor de rescate se manifiesta a través de una puesta en escena en la que el suspenso y la tensión jugarán el rol principal. El trabajo de lenguaje audiovisual y narrativa es bastante efectivo, y se logra una película emocionante y sumamente entretenida, moviéndose dentro de la premisa de “los buenos le ganan  a los malos”.

La historia pudo haber desarrollado con más profundidad los tópicos políticos, como el hecho de que los piratas justificasen su actitud al sentirse víctimas del imperialismo yanqui, pero se prefirió enfocarse más en el aspecto emocional, la tensión y el elemento más micro: el enfrentamiento tú a tú.

También uno esperaría unos villanos menos tontos, menos fáciles de engañar y que no estén todo el tiempo peleando entre sí, ya que por culpa de eso se lo ponen bastante fácil a sus adversarios.

La primera parte de la película deja el heroísmo a cargo de Hanks, y a mi juicio es la mejor de las mitades, en las que el Capitán Phillips intenta primero evadir a los piratas, y luego proteger a su tripulación. Una vez es secuestrado, el heroísmo queda a cargo del Gobierno yanqui, y la historia pierde fuerza, porque el peligro desaparece: Hanks es un rehén, y los malos no pueden matarlo, eliminando gran parte de la tensión dramática inicial. Si en la primera parte Hank recurre a su astucia y escasos recursos de comunicación con la tripulación, luego adopta un rol más pasivo y entregado, para finalmente dejar salir toda su vulnerabilidad.

La actuación de Tom Hanks es soberbia, muy humana, y podemos ver cómo pasa de una actitud calmada y racional frente a una crisis, a quebrarse y caer en estado de shock por lo traumático de lo vivido. Gracias a eso, el magnífico despliegue de la inteligencia militar yanqui al más puro estilo Argo, que se había robado el protagonismo, no puede hacer nada ante un drama tan humano.

Es una película sobre heroísmo, sin duda, y muy recomendable para quienes gusten de las emociones y la tensión dramática, pero no esperen un retrato de la sociedad somalí.

© Por Felipe Tapia, el único crítico al que en verdad le importas.

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1 Comment

  • mmmmm ni fu ni fa … y es larguita … voy a verla en horario am (soy de los que gustan del cine en horario ‘madrugadores’ y sin mucha gente mordiendo cabritas

    saludos

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