Crítica de cine: “Agosto”
Agosto es uno de los meses más calurosos en el condado de Osage, donde transcurre la historia de Violet Weston (Meryl Streep), una mujer con cáncer de boca que se encuentra al borde de la demencia por culpa de la quimio, las pastillas y el alcohol. Cuando su marido Beverly (Sam Shepard) decide dejarla y desaparecer, Violet reúne al resto de su clan formado principalmente por sus tres hijas, la neurótica Barbara (Julia Roberts), la alocada Karen (Juliette Lewis), la flemática Ivy (Julianne Nicholson), además de su hermana Mattie Fae (Margo Martindale) y sus respectivas familias, en lo que parece ser la víspera de una desgracia. En este trágico contexto, las asperezas reabren viejas heridas en cada uno de los integrantes.
Mezcla entre comedia negra y melodrama coral, basada en la obra de teatro homónima de Tracy Letts, ganadora del premio Pullitzer, “Agosto” es la última representación de la disfuncionalidad hecha familia.
Como buena adaptación teatral, la película se desarrolla gracias a los personajes fuertemente construidos, interpretados por actores de primera, en donde ellas llevan el trágico y principal punto de vista: la mujer si no cuida lo que tiene termina, eventualmente, siendo abandonada por manipuladora, intolerante, permisiva o simplemente por fea.
La pesimista visión es tan sólo un barniz superficial que esconde lo que en el fondo todos sabemos: los hombres son (somos) una basura. O los seres más pacientes del mundo que sucumben en un determinado punto, que suele ser el más inaceptable desde el punto de vista moral.
La historia en sí misma es algo trillada, predecible y efectista, sin embargo las actuaciones de Roberts, Streep y el resto canalizan las debilidades hasta un punto exitoso. Verlas en acción resulta un placer. Streep, en su conocido auto-plagio de gestos convence una vez más con un personaje que pareciera envenenar con cada frase. Su enfermedad resulta ser una ironía si se piensa en el dicho “por donde pecas pagas”. Roberts por su parte lleva la brújula que orienta al espectador por este laberinto de catarsis, engaños y decepciones. Bárbara es quien debe lidiar no sólo con los pesares de su familia de origen, sino también con la propia que ha construido, junto a su marido Bill (Ewan McGregor) y su esnob y adolescente hija Jean (Abigail Breslin).
Existen luces que rescatan el encanto de la naturaleza humana, es cierto, después de todo donde existe el desamor también aflora el afecto, como la hierba que asoma en un área devastada. Sin embargo, lo que se exhibe en esta cinta, más que sentimientos, es la fría disección de lazos causa-efecto de secretos de familia mal asimilados, una especie de laboratorio humano en donde las personas parecen ratas perdidas, capaces de sacarse los ojos antes que dedicarse a encontrar el queso. De ahí lo negro de su comedia. No en el tono de clásicos como “Esperando la carroza” (1985), sino algo más serio. Un humor más esporádico, que nos permite reír de buena gana para descansar los nervios, los mismos que han despertado nuestro deseo de comernos las uñas, esperando la violenta reacción de una persona que acaba de ser ofendida, atestiguando el conocido intercambio “¿Y qué le dijo el otro?”, o en este caso, la otra.
Pesimista en su contexto e hilarante en el transcurso, “Agosto” se arriesga con una galería de personajes antipáticos que sólo aceptamos gracias a la humanidad que exponen, la que nos despierta empatía primero, para luego sentirnos bien con nuestras propias miserias y luego reírnos con descaro ante el patetismo ajeno.
© Hugo Díaz
En twitter: @elhugo
Agosto (2013)
(August: Osage County)
Dirección: John Wells
Elenco: Meryl Streep, Julia Roberts, Chris Cooper, Margo Martindale, Sam Shepard, Benedict Cumberbatch, Dermot Mulroney, Juliette Lewis, Abigail Breslin, Julianne Nicholson, Ewan McGregor
EE.UU. 121 minutos