Crítica a “Foster, El observatorio del Cerro Tupahue”: entre lo teatral y lo explicativo.
En plena pandemia, los actores de una compañía teatral no pueden trabajar en un escenario sin arriesgar su vida. Para ello, Tryo Teatro Banda presentará tres de sus clásicos en el espectáculo Ciclo Repertorio, a través de la página de Matucana 100. Uno de estos es la obra “Foster, El observatorio del Cerro Tupahue”.
Si han visto alguna obra de esta compañía, sabrán que su sello tiene un componente educativo y cultural orientado a mostrar hitos de nuestra historia. Combinando en su puesta en escena música, disfraces, marionetas, lienzos, papeles y mucho humor, han llevado a cabo un magnífico trabajo para contarnos relatos inscritos en nuestra identidad nacional, como los parlamentos durante la época de conquista, la expulsión de los jesuitas o leyendas como La Tirana. En esta oportunidad, la compañía experimenta con lo científico y nos cuenta, a grandes rasgos, cómo se creó el Observatorio Foster en el Cerro San Cristóbal.
A lo largo de la obra nos cuentan cómo es que Chile es uno de los países con un cielo ideal para la observación astronómica, los motivos que hicieron que científicos estadounidenses quisieran venir a trabajar acá, junto a varios datos generales sobre física y astronomía.
La mayoría de los elementos del sello de Tryo Teatro banda están presentes: música acompañando las explicaciones, chistes que hacen referencia a la cultura contemporánea, y el uso de objetos cotidianos. No obstante, esta es una de las obras más explicativas de su repertorio, volviéndola en ocasiones una especie de clase.
Puede que sea la temática, mucho más abstracta que las otras obras. En más de una ocasión los actores terminan parados en el escenario explicando al público, cual de si una clase se tratara, cosas como el Efecto Doppler o cómo es que las estrellas se desplazan, fenómenos demasiado densos como para aterrizarlos mediante lo lúdico, que como ya he mencionado es el principal recurso que define a esta compañía. Imagino que es más difícil hablar de física que de hechos históricos como los arriba mencionados.
Puede que no sea solo la temática. A menudo se echan de menos los característicos elementos visuales de Tryo Teatro banda. Por ejemplo, en “Parlamento” se recurre a un mapa para explicar algunos de los sucesos de la época, barcos de papel e incluso en un momento se le prende fuego. Quizá, más recursos didácticos como mapas, planetas o instrumentos científicos habrían hecho más amable las explicaciones, pero es posible que los actores no hayan querido convertir la obra en una suerte de exposición. No obstante, a ratos la obra se torna demasiado explicativa, alejándose de los estándares de una puesta en escena.
A pesar de todo lo anterior, el sello de la compañía se mantiene intacto y los aspectos lúdicos continúan protagonizando la obra, sin embargo, es necesario recordar que a veces no basta con simplemente cantar la canción de los números para enseñar a sumar.
La obra, dirigida por Francisco Sánchez e interpretada por Daniella Rivera, Miguel Cortés y Martín Feuerhake, es el resultado de un excelente trabajo investigativo previo y, pese a sus fallos, siempre se agradece que se use el teatro como herramienta para transmitir la enseñanza al público. Fue una apuesta sumamente arriesgada meterse con un tema tan complejo, pero creo que es preferible que las compañías tomen esta clase de riesgos durante su búsqueda de la identidad, en lugar de estancarse en lo cómodo.
Se recomienda totalmente, bajo la advertencia de que, en esta ocasión, puede resultar un poquitín más compleja para los niños, pese a que está catalogada para verla desde los 8 años.
Por Felipe Tapia, esa gran pregunta que llevan siglos haciéndose los mayores filósofos.
Ficha artística
Dirección: Francisco Sánchez
Investigación y dramaturgia: Francisco Sánchez
Asesoría científica: Leonard Vanzi (Instituto de Astrofísica de la Universidad Católica de Chile)
Composición y arreglos musicales: Daniella Rivera, Miguel Cortés, Martín Feuerhake y Francisco Sánchez
Elenco: Daniella Rivera (violín)
Miguel Cortés (fagot)
Martín Feuerhake (acordeón)
Diseño escénico: Gabriela González
Producción: Carolina González
Duración: 55 minutos
Familiar: (+8)
Días: Miércoles, jueves, viernes, sábado y domingo
Horario: 20.30 hrs
Paga lo que puedas: $3.000, $5.000 y $7.000. Compra tus entradas AQUI