“Master of sex”: placer y dolor

 “Master of sex”: placer y dolor

Seguro no hay nada más misterioso, sorprendente y lleno de mitos que el sexo. Desde que el mundo es mundo, ha sido un tema controversial y desterrado como tema de estudio por considerase incensario e inmoral, incluso para las mentes más progresistas a lo largo de la historia. Fue precisamente esa realidad la que motivó al ginecólogo William Masters y a su asistente Virginia Johnson a desarrollar un revolucionario estudio a fines de los años 60, que a partir de casos reales revelaría los misterios de la alcoba y explicaría la naturaleza del sexo.

El canal Showtime decidió adaptar la biografía de estos pioneros en el estudio de la sexualidad humana y creó “Master of Sex”, una de los estrenos más comentados del año. En la serie vemos cómo el doctor Master, interpretado por Michael Sheen, debe convencer a sus colegas que estudiar las respuestas físicas de hombres y mujeres durante el coito es una cuestión de ciencia y no un deseo de un degenerado voyerista.

Master quiere descubrir cuáles son las características de un orgasmo, cómo se produce la excitación, cuánto debe durar un coito y otros misterios que hasta entonces eran considerados absolutos tabú. Por supuesto todos los hombres de bien, incluso los científicos, consideran que está loco. Pero él insiste y comienza sus análisis con prostitutas que le ayudan a recoger datos durante sus «jornadas de trabajo».

Una de las cosas que primero resaltan en esta serie, es el contrapunto entre el protagonista y el tema a estudiar. Master es un ser frio, arrogante y severo, que paradójicamente quiere diseccionar uno de los actos más vitales, instintivos y privados que puede realizar un ser humano. Este exceso de racionalidad y su falta de empatía hacia los otros, hace que la gente desconfíe de sus propósitos, por ello a su pesar deber reclutar a Virginia (Lizzy Caplan) una mujer revolucionaria para la época. Divorciada (dos veces antes de los 30) con dos hijos, sin estudios formales, pero con una gran intuición y ansias de conocimiento, Virginia será su asistente y principal impulsora.

Además del épico estudio médico, vemos la lucha de William Master por ser padre. A poco andar entendemos que su ansia paternal tiene más que ver con su imagen pública, como experto en fertilización es inconcebible que tenga un matrimonio sin hijos. Es aquí donde aparece otro rasgo despreciable y bajo del médico, pero que al mismo tiempo humaniza a la eminencia que se nos presenta. Él decide hacerle creer a su mujer que ella es la incapaz de darle hijos, cuando sabe de sobra que él es el responsable de que el embarazo sea inviable.

A lo largo de los trece capítulos vemos como la estructura y caparazón de Master se va desarmando para presentar a un hombre en una lucha con sus propios fantasmas, que se debate entre su ambición por llegar donde nadie más ha llegado y ganar un Nobel, como él mismo dice, y arriesgar su carrera y hermética vida personal en el intento.

En este sentido es destacable la actuación de Michael Sheen, quien ha protagonizado películas como “Frost/Nixon: La entrevista del escándalo” (2008) y también a un insoportable pretendiente de Liz Lemon en la serie “30 Rock”. De aquellos personajes nada queda en esta serie, Sheen logra realizar un retrato preciso y complejo de un hombre adelantado a su época en muchos aspectos, pero que no logra superar sus propios complejos y las presiones sociales.

Es imposible no mencionar además la impecable actuación de Lizzy Caplan como Virginia y el aire fresco que le da a la serie cada vez que aparece.  Pero no son los únicos que brillan, otro punto alto de “Master of Sex” son sus secundarios. Todos están realmente bien, pero mención aparte merece la sufrida esposa de Master, Libby (Caitlin Fitzgerald) y Betty (Annaleigh Ashford) una prostituta lesbiana que quiere tener hijos.

Contrario a lo que pueda parecer, “Master of Sex” no sigue el desenfreno que Showtime ha mostrado en otras ocasiones. Si bien es cierto hay muchísimos desnudos, y si también hay lenguaje directo y sin censura, el fondo es otro. Lo que más tiene “Master of Sex” es represión, es miedo, es insatisfacción. También el retrato de una sociedad, sin entrar en profundidades, llena de mitos y prejuicios. Mujeres degradas a un segundo plano, hombres con bloqueos emocionales y muchos desencuentros en parejas castradas por su propia incomunicación. No es una serie perfecta, hay momentos en que un poco de sutileza no vendría mal. Pero tiene mucho que entregar y el tema de la sexualidad es utilizada para ahondar en los extremos de placer y dolor a los que puede llevar una relación de pareja.

© Aldo Vidal

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1 Comment

  • ¡Una serie muy agradable! Elegante, sutil, inteligente, emotiva, divertida son algunos de los adjetivos que me vienen a la mente cuando pienso en Masters of sex una de las series con las que más he disfrutado este año porque recién la comencé a ver, espero muy pronto terminarla y comenzar con la segunda temporada.

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