“Los hombres que no amaban a las mujeres”: comentario de cine

Estocolmo, Suecia. El periodista de investigación y editor de la revista Millenium, Mikael Blomkvist (Michael Nyqvist) es condenado a tres meses de prisión por difamación, por haber publicado un reportaje en contra del empresario Hans-Erik Wennerström. Blomkvist sabe que la condena es injusta pues lo escrito en el reportaje es cierto, pero le han tendido una trampa y no tiene como demostrar lo contrario.

Otro empresario sueco, Henrik Vanger (Sven-Bertil Taube) se fija en él, y le encarga hacer una investigación en los meses previos al pago de su condena: la sobrina de Vanger, Harriet, desapareció hace casi 40 años sin dejar rastro, y el viejo empresario desea agotar su última esperanza para saber que ocurrió con la joven, trabajo que le encarga a Blomkvist. Durante la investigación, contará con la inesperada ayuda de Lisbeth Salander (Noomi Rapace), una extraña joven desadaptada socialmente, llena de piercings y tatuajes, pero que esconde bajo su menudo cuerpo a un genio intelectual.

Así comienza la historia  de “Los hombres que no amaban a las mujeres”, película homónima del libro escrito por el sueco Stieg Larsson, y que es la primera parte de la trilogía Millenium, éxito en las librerías a nivel mundial.

El director Niels Arden Oplev nos lleva por un clima frío y sombrío, adecuado para contar esta historia llena de intrigas, violencia y perversión sexual. A pesar de ser una película de extensa duración (casi dos horas y media), el film transcurre rápido y en ningún momento decae. El espectador queda atrapado por una tensión constante, con escenas breves y diálogos precisos y realistas. Mención aparte merece la extraordinaria interpretación de Noomi Rapace en el papel de Lisbeth Salander, quien logra convertirse plenamente en este personaje de personalidad compleja y fascinante, descrita por algunos como la nueva antiheroína de la literatura contemporánea (y ahora del cine).

Noomi Rapace convertida en Lisbeth Salander

Para los que leyeron previamente la novela, extrañarán varios detalles que la película pasa por alto, como todo lo que ocurre con la revista Millenium en Estocolmo (el film se centra totalmente en lo que ocurre en la isla de Hedestad). También sentirán cierta frustración por que los realizadores  decidieron no profundizar mayormente en las motivaciones personales de Blomkvist y en la psicología de Salander. Sin embargo la economía narrativa finalmente se agradece ya que de otra manera la película duraría más de tres horas y de todas maneras la historia está bien contada, es un buen resumen del libro.

Recomendable especialmente para personas que gustaron de películas como “Los siete pecados capitales”, con los cuales hay varias cosas en común (aunque no esperen un final similar). De hecho ya se habla que el director de esta película y otros éxitos como “El club de la pelea”, David Fincher,  estaría interesado en dirigir el remake, la versión norteamericana de la trilogía Millenium. Mientras, nos quedamos a la espera de la segunda y tercera película en sus versiones suecas, que llegarán pronto a nuestro país.

Por JC. Berner

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