Crítica de Televisión: “Sitiados”

Los mapuche fueron el Vietnam de los españoles. Así como el implacable ejército de los gringos sucumbió ante vietnamitas armados con palos y piedras, el orgullo de los conquistadores terminó aplastado por los indígenas que supieron usar todos sus recursos y estrategias para hacerlos pasar por las de Kiko y Kako. Razones no les faltaron: Mataban mapuche, los esclavizaban, les robaban y transgredieron sus más sagradas creencias. En el actual contexto en el que se discuten importantes temas relativos a los derechos legítimos de los pueblos originarios, “Sitiados” lleva los orígenes del conflicto más allá de las fronteras de nuestro país, con ayuda de la cadena FOX.

La nueva coproducción de TVN y FOX nos transporta a un Chile durante la época de la Conquista, en la que los mapuche le plantaron una férrea resistencia a los españoles, pese a la superioridad tecnológica de estos últimos. Si bien se han creado historias similares, esta se aleja por completo de la tónica simplista de indios y vaqueros, para encajar mejor en los códigos culturales actuales, más sórdidos, menos ingenuos y con una moral relativa.

Conflictos internos, escenas de sexo, traiciones por kilos y un marcado subtexto político hacen recordar a ratos a la exitosa “Game of Thrones”. Y claro, si la fórmula funciona…Pero no me malinterprete, no vaya a pensar por lo que digo, que esto es un intento de “Game of Thrones” a la chilensis. Sí, hay algo de eso, como la presentación, por ejemplo. Pero “Sitiados” es una serie que tiene su impronta propia, claro que adaptada a los nuevos códigos, nada más.

Si comparamos a “Sitiados” con historias similares de corte costumbrista, como La nostálgica “La Quintrala”, vemos una producción tremendamente superior, escenografías impecables y vestuario excelente, lo que supone un paso evolutivo en este tipo de formato, aunque claro, en esta ocasión se cuenta con ayuda internacional. Es poco común ver escenas de acción bien hechas en producciones chilenas.

Respecto al tema del sexo, es evidente que los tiempos han cambiado y no se puede esperar otra cosa, pero aun así no es un recurso del cual se abuse para rellenar la trama y ganarse al público calenturiento, como sí hacía “La Doña”, por ejemplo. Simplemente y hasta ahora, al menos, hay sexo cuando tiene que haberlo, y punto.

Entre las cosas que uno habría deseado mejorar es el acento español de los personajes, cuya carencia le quita realismo a la trama, y el hecho de que los pueblos originarios no estén interpretados por mapuche ¿Tan difícil es conseguir actores acorde a la etnia que representan?

Aunque el protagonista se supone que es (O intenta ser) Agustín González (Benjamín Vicuña), que se esfuerza más de la cuenta en parecer un antihéroe duro pero justo, su falta de carisma lo hace brillar poco, y uno tiende a interesarse más por el personaje de Nahuén, interpretado por Gastón Salgado (El narco Claudio de “El Reemplazante”). El joven mapuche tiene una relación clandestina con Rocío de Salas, la hija del capitán español que lidera los lavaderos de oro y fortificación española de Villarrica, y por supuesto, estamos ante la clásica historia del amor imposible por tratarse de dos bandos enemigos. Sí, una mezcla entre “Romeo y Julieta”, “Pocahontas” y “Lican Ray”. Solo que al revés, acá el hombre es el indígena y la mujer la de sangre europea. A pesar de lo arquetípico del conflicto, es lo suficientemente interesante como para generar intriga en el espectador.

“Sitiados” es una serie bien hecha, con una trama interesante y variados personajes, lo que la vuelve una producción valiosa y digna de verse. El obstáculo más problemático que se podría encontrar, es que al tratarse de una historia real (El Desastre de Curalaba de 1598), la historia no tiene al elemento sorpresa de su lado, ya que se sabe en qué terminará, y la sorpresa es importante en estas historias de corte político-dramático, y de acción.

© Por Felipe Tapia, abierto a todas las sugerencias y propuestas alocadas que me hagan llegar.