Crítica de cine: “Noé”

 Crítica de cine: “Noé”

La Biblia cuenta que Dios creó a Adán y Eva y que estos tuvieron 3 hijos: Caín, Abel y Set. Caín mató a Abel y huyó lejos, donde comenzó a crear una nueva civilización, mientras Set también tuvo hijos y una larga descendencia de la cual proviene Noé.

Dios está molesto por la corrupción que domina al mundo entero. Los herederos de Caín se han comportado mal y por eso Dios ha decidido exterminar a su propia creación con un diluvio que inundará el planeta entero. Sin embargo, el creador no pretende destruir todo y llama a Noé (Russell Crowe), el único hombre justo que queda y le pide que construya un arca en el cual una pareja de cada animal que existe pueda salvarse.

Difícil saber con claridad si los hechos en los que se basa esta película son reales o, como la mayor parte del Génesis, son metáforas para explicar la creación del mundo. Se sabe por ejemplo que no existió un Adán o una Eva, sino que son representación de las primeras comunidades humanas. También sabemos que Dios no creó el mundo en 7 días, sino que es una fábula que explica la creación de manera simple para esa época y desde un punto de vista religioso.

Más allá de si el lector de esta crítica es creyente o no, hay varias teorías que apoyan el hecho de que hubo un gran diluvio en épocas pretéritas de la humanidad y, al igual que en la Biblia, en el Corán también se consigna la existencia de Noé. Sin embargo esto no es un hecho histórico comprobable, por lo tanto no sabemos si estamos frente a un mito o un hecho real. Por lo tanto, gran parte de la percepción que usted pueda tener de estos hechos depende de su fe.

Lo que sí es importante entender, es que esta película es una interpretación artística de lo narrado en el Génesis, y no pretende en ningún caso ser fiel a la historia. Aronofsky de hecho se toma muchas licencias creativas para retratar a “Noé” a su manera, así como históricamente los artistas han hecho interpretaciones de La Biblia, unas más literales que otras. Lo relevante es entonces, apreciar la pieza como una obra cinematográfica y no pedirle (porque no tiene por qué serlo) una traducción literal del texto sagrado. Por lo demás, han habido a través del tiempo muchas obras donde puede ser comprensible la molestia de parte de los creyentes de una religión. En el caso de “Noé”, se la puede acusar de muchas cosas, pero no de ofensiva con la figura bíblica.

En este sentido, lo primero que llama la atención es que Aronofsky y el guionista Ari Handel se la juegan por construir un “Noé” mucho más complejo que el que habíamos visto en películas anteriores, como en la clásica “La biblia” (1966) dirigida por John Huston y donde él mismo interpretaba al constructor del arca. En esta nueva versión podemos conocer a Noé desde que era niño y parte de la historia que lo llevará a ser el elegido de Dios, incluyendo que es nieto de Matusalén (Anthony Hopkins), la persona más longeva de la historia según La Biblia y un personaje que en esta película no solo es un hombre viejo, sino que tiene poderes mágicos.

Volviendo a Noé. El filme nos presenta a un hombre obsesivo, primero confundido, pero luego completamente decidido a cumplir el plan que Dios le encomendó. En este plan, Noé entiende (porque es su interpretación) que la humanidad debe perecer, pues el resto de la creación es pura, mas el ser humano no.

Así, el personaje se va complejizando cada vez más, hasta crear un discurso que lo hará un hombre paranoico y detestable. Además, y en un factor en el que la película se cae absurdamente, este Noé es un experto luchador, por lo que a ratos nos parece una extraña reencarnación de “Gladiador” (2000).

El apasionamiento con el que Noé defiende a la naturaleza por sobre el ser humano han hecho que muchos hablen de una propuesta cinematográfica pro veganismo y animalista, interpretación que puede ser bastante válida dado como está contado el relato.

En otro aspecto, hay una serie de ingredientes llamativos en esta mega producción llena de efectos especiales, algunos incluso muy sorpresivos. De estos, los vigilantes son sin duda lo que más llama la atención: seres de roca gigantes, que parecen sacados más bien de una película como “El señor de los anillos” (2001) antes que de una historia bíblica. Los vigilantes son seres de luz, ángeles que intentaron ayudar a Caín a crear la civilización y por tanto cayeron en desgracia con Dios, quien los encerró en estos cuerpos de roca. Ahora, los vigilantes intentarán congraciarse con el creador y ayudarán a Noé y su familia a construir el arca, lo cual explica como una sola familia fue capaz de construir tamaña embarcación.

Por otra parte, el vestuario es bastante extravagante, muy elaborado, lo que hace difícil situar a la película en un contexto histórico. Si bien entendemos que la película transcurre en los inicios de la humanidad, las vestimentas de los personajes nos recuerdan inevitablemente al medioevo. Tanto así que por momentos los personajes parecen sacados de “Corazón valiente” (1995) o incluso “Robin Hood” (2010).

De los personajes secundarios se destaca una sólida Jennifer Connelly como la esposa de Noé, a Ray Winston como un rey que defiende hasta lo absurdo la supremacía del ser humano, y a una Emma Watson a quien el papel esta vez le quedó un poco grande.

Al final, lo que queda es una película que deja un extraño sabor de boca, donde la suma de las partes forman un todo que no calza bien. Una rara mezcla entre cine de autor y mega producción, que viene a ser un elemento inconexo dentro de la interesante filmografía de Aronofsky.

© Juan Carlos Berner

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2 Comments

  • Que pobreza en la argumentación, a la persona que escribió, esto a qué se refiere con autoría en el cine de Aronofsky

  • Lo que me parece más atractivo de la película es que sea de Aronofsky (y el reparto), y esa contradicción de blockbuster y el director. A ver con qué se aventura después de esta película; ojalá vuelva a contar historias más bien mínimas con fuerte impacto.
    Saludos!

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