Crítica de cine: “Cantinflas”

 Crítica de cine: “Cantinflas”

En 1956 Mike Todd, un extravagante productor de Broadway aterriza en Hollywood con una idea: hacer la película más importante de la historia basándose en una novela de Julio Verne, “La vuelta al mundo en 80 días”. Todd quiere que en su cinta actúen los más grandes actores y actrices del momento, incluyendo a Frank Sinatra y Liz Taylor. Su proyecto tiene un solo problema: no tiene dinero para pagarle a los actores.

Ese mismo año, Mario Moreno es el actor más famoso y querido de Latinoamérica. Su personaje Cantinflas ya es conocido en todas partes, incluso en Estados unidos, y sus películas son éxito seguro en la taquilla. Todd, sin embargo, no sabe quién es Cantinflas, pero la empresa que financia su película le exige que Moreno actúe en ella, por lo que se verá obligado a viajar a México para convencerlo.

La peculiar historia de cómo se gestó “La vuelta al mundo en 80 días”, es la excusa para contar la vida artística de Cantinflas, una historia que comienza en los años 30, cuando un joven Mario Moreno tiene que trabajar en lo que sea para sobrevivir. Así, encuentra empleo en un modesto teatro como limpiador, donde tendrá la posibilidad de actuar por primera vez como comediante. Pronto, un joven empresario teatral verá su potencial y se lo llevará a un escenario un poco más grande, donde Moreno creará su mítico personaje, que a la larga lo llevará a la fama mundial.

A pesar de ser una leyenda incluso mucho antes de su muerte, Cantinflas también fue blanco de duras criticas, porque se decía que se burlaba de la gente humilde con su personaje, o se comentaba que en todas sus películas hacía básicamente el mismo personaje. En cuanto a lo primero, hay que recordar que Cantinflas siempre era el hombre humilde y bueno, que con su inimitable manera de hablar se burlaba de los poderosos. Cantinflas era el triunfo de la voluntad y la honradez por sobre la corrupción y el dinero. En cuanto a lo segundo, es cierto, en todas sus películas el protagonista era más o menos el mismo, pero tenía la habilidad de adaptarlo para roles muy diversos. Cantinflas podía ser un analfabeto, pero también un médico y mantener la misma esencia. Y lograr eso no es sencillo.

La cinta que se acaba de estrenar en Chile tiene como protagonista a un actor español, decisión muy cuestionada en México al inicio, pero que transversalmente se recibió como un acierto al ver la película terminada. Oscar Jaenada se mete de lleno en la piel de Mario Moreno, en su forma de caminar, en su acento y, lo más brillante, lo hace sin caer en la caricatura.

“Cantinflas” es un filme con una estructura de biopic bastante tradicional, muy al estilo Hollywood, lo cual tal vez le ayude en su carrera hacia el Oscar. Debido a lo mismo, algo que será muy llamativo para los que no conocen más la vida personal de Moreno, es que aquí no intentan santificar al personaje, sino que lo muestran con luces y sombras, porque en la vida real Mario Moreno no era tan intachable y recto como en sus películas.

Los puntos bajos de la película están en la pretensión de “Cantinflas” (el largometraje) por abarcar todos los aspectos de la vida de Moreno, lo cual es imposible en dos horas. Así, hay partes importantes como la vida política del actor que quedan mal resueltas, como una historia inconclusa.

A pesar de esto, la película funciona como cinta biográfica y tiene los elementos necesarios de comedia y drama que se podrían esperar de ella. La historia paralela entre los problemas de Todd para concretar su proyecto y la vida de Cantinflas está bien montada y le da ritmo a la película. Además nos dará la explicación de por qué a pesar de la fama y el talento, Cantinflas no pudo extender su carrera en Hollywood.

Con todo, “Cantinflas” es una película bastante convencional en su relato, con muy buenas actuaciones, que dejará satisfechos a los seguidores de la gran leyenda del cine mexicano.

© Juan Carlos Berner

En Twitter: @jcbernerl

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