Critica de cine: “Brillantes”

 Critica de cine: “Brillantes”

Rubén (Fernando Larraín) es un publicista con muy mala suerte. Además de ser despedido de su trabajo, un trágico accidente hace que su novia muera el mismo día en que le pide matrimonio. Para poder olvidar, Rubén decide marcharse lejos (a Arizona, Estados Unidos) y quedarse unos días en la casa de su amigo Víctor (Álvaro Rudolphy). Sin embargo la mala suerte persigue a Rubén y ambos amigos se verán en medio de dos asesinatos, un robo y un secuestro, y detrás de ellos no sólo está la policía del estado sino además un conocido gánster.

“Brillantes” es la ópera prima de Ignacio González, un cineasta que viene del mundo de la publicidad y por tanto no es un advenedizo en esto de narrar historias con una cámara. Sin embargo, sabemos que hacer cine publicitario y hacer un largometraje son cosas muy distintas. De hecho, al parecer, esta experiencia haciendo comerciales le juega un poco en contra, debido a un exceso de tomas demasiado “maqueteadas” desde el punto de vista fotográfico, es decir, iluminadas al punto de hacerlas falsas y, tal vez, un uso innecesario de tomas aéreas que más parecen ser un lujo estético que un aporte narrativo.

A favor, decir que la película tiene un ritmo ágil, aunque abusa de los clichés y de los chistes escatológicos, lo que produce una extraña mezcla entre una historia que pretende por momentos hacer humor inteligente, y luego utiliza chistes básicos sobre gases estomacales que no producen ninguna risa. Respecto a lo primero, hay escenas que inevitablemente recuerdan a la gran “Fargo” de los hermanos Coen, y son los puntos altos y más graciosos de la película, aunque no hay que equivocarse: esta cinta esta años luz de esa tremenda comedia de mediados de los 90, una de las mejores de la historia del cine.

En “Brillantes” hay varios pasajes hilarantes, pero la verdad es que todo el humor es responsabilidad 100% del personaje de Larraín. En este sentido, y si bien se percibe una química entre los protagonistas, algo que probablemente viene del tiempo que llevan haciendo juntos “Somos los Carmona” de TVN, el personaje de Rudolphy lo podría haber interpretado otro actor y habría sido igual. Sin embargo, Fernando Larraín es quien dice los mejores chistes, y su eterna cara de “por qué me pasa esto a mi” es lo que mantiene el humor de la película. Además es quien tiene los mejores diálogos. En contraposición, el personaje de Rudolphy en la telenovela de TVN es mucho más gracioso que el que hace en esta película.

Respecto al resto del elenco, los secundarios están desequilibrados. Algunos funcionan bien, pero hay varios que se nota tienen poca experiencia como actores, haciéndose evidente que se privilegió el estereotipo por sobre el realismo. Algo que en algunas comedias funciona, cuando el guión es consecuente con eso. No es el caso de “Brillantes”. La cinta además tiene pequeños defectos técnicos, especialmente en el doblaje de algunos personajes. Esto se nota particularmente en la esposa de Víctor, la bella modelo Ignacia Costaguta, quien aporta más con sus exuberantes curvas que con su calidad actoral.

Para los que tienen el ojo más crítico, también hay detalles en el montaje que delatan que la película no fue filmada íntegramente en Estados Unidos, ya que se unen escenas hechas en Argentina, Chile y Norteamérica. De todas maneras, en general, el correcto montaje de la película hará que la mayoría no note estos detalles.

“Brillantes”, es una película que se vende más grande de lo que en realidad es, con mucho personaje estereotipado (y mal), que hace un esfuerzo de producción interesante para los estándares del cine chileno, consiguiendo un producto extraño para nuestra filmografía, que finalmente se salva gracias a un par de escenas graciosas y a la interpretación y talento de Fernando Larraín.

 

© Juan Carlos Berner.

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