Comentario de cine: “El padrino” (imperdible)

No es un remake. Tampoco una continuación. Se trata de un re-estreno increíble de la obra maestra de Francis Ford Coppola, adaptación de la novela de Mario Puzo que da inicio a la saga de la familia Corleone, referente supremo de la mafia ítalo-americana. Como hay todo tipo de gente en este mundo (hay quienes a sus treinta y tantos nunca han comido un mango, no saben nadar o nunca les interesó aprender a andar en bicicleta) hay quienes no han visto “El padrino”. Por eso me atrevo a la perogrullada de hacer el resumen de rigor:  Don Vito Corleone (Marlon Brando) es una de las cabezas de la mafia siciliana en el Nueva York de las años cuarenta. Su hija Connie (Talia Shire) celebra su boda y se produce la reunión familiar. Su hijo Michael (Al Pacino) acaba de regresar de la guerra y presenta a su ingenua novia Kay (Diane Keaton). También están presentes el agresivo Santino (James Caan), el pusilánime Fredo (John Cazale) y el asertivo Tom Hagen (Robert Duvall), hermano putativo y abogado de la familia.

Como buen siciliano, Don Vito no puede negar favores el día de la boda de su hija. Es un patriarca muy poderoso e influyente y es el padrino de medio mundo. Todos quienes solicitan su ayuda, saben que en el fondo ponen a prueba la lealtad por ambas partes y entienden que si Don Vito les cumple el fin justificará cualquier medio y quedarán en deuda permanente. Sin embargo, todo tiene un límite. Cuando uno de sus competidores le invita a ser socios e ingresar al negocio del narcotráfico, Don Vito se rehúsa pues el precio de perder favores políticos sería muy alto. Como un mafioso nunca recibe un no como respuesta, Vito sufre un atentado. Para frenar una incipiente guerra entre familias, Michael, el único ajeno a todo acto criminal sacrifica su inocencia en beneficio de su familia y ejecuta la sangrienta venganza. Debe escapar a Sicilia, pero no existe un lugar del mundo donde alguien pueda ocultarse de la mafia. Todos los eventos posteriores marcan la caída y posterior resurgimiento de los Corleone, quienes renacerán bajo el insospechado liderazgo de Michael, el sucesor natural del poderío familiar y de su corrupción.

¿Quien iba a decir que los clásicos podrían revivirse en la comodidad de una sala de cine? Ya en pleno siglo 21, con la tecnología de nuestra parte es posible rendirse a la nostalgia, y por qué no decirlo, al negocio de la nostalgia. Si cuando chicos fantaseábamos, por ejemplo, con una continuación de “La guerra de las galaxias” (hay que tener cuidado con lo que se desea) otras veces la quimera era perpetuar la magia del ritual de ir al cine, comprar la palomitas y disfrutar de nuestra película favorita por siempre jamás. Bueno, quizás por eso existen los home theater, para generar esa ilusión, pero no es lo mismo.

Sabemos que el modelo de negocio de una película, así como la de un libro, implica que el producto tiene, al igual que un gato, un determinado número de vidas. Para el libro, su nacimiento es el lanzamiento en librerías con la mejor calidad posible y su muerte es la venta del saldo. Para una película es su estreno en salas donde la taquilla dirá si vivirá sano, tendrá hijos o morirá pronto en el olvido, o resucitará gracias al sagrado culto. Entremedio pasará a los formatos de arriendo, por la televisión abierta, etc., hasta quedar en el olvido, esperando la muerte en alguna venta pirata de cuneta, si es que. Pero eso no pasa con las grandes obras. Por eso es casi fantástico poder ver la película que no pensaste volver a ver fuera de tu casa. Lo que no es nada fantástico es tener que pagar la entrada por algo que ya viste, pero eso es otra cosa.

Junto al sonido de la música de Nino Rota, la cabeza del caballo ensangrentado, esa fotografía subexpuesta a propósito, Apollonia apunto de caerse en el paseo en Sicilia con toda la parentela caminando detrás suyo y esas malditas naranjas anunciando la muerte que se avecina casi como un tiro al blanco, son imágenes poderosas que han permanecido en la iconografía popular. Revivir las grandes obras cinematográficas es una oportunidad que no podemos dejar pasar.

Esto no puede ser un comentario crítico de una de las películas más grandiosas jamás hechas. Lo único que moralmente se permite comentar aquí es la idea genial de poder revivir la experiencia como si viajáramos al pasado. Desconozco cual será el plan de la distribuidora CDI, (Caracortada, de Brian de Palma es la próxima) pero este mini-festival de Pacino que se nos avecina es, en el mejor sentido del término, perturbador y al mismo tiempo alentador, por no decir sangriento.

“El padrino” (The Godfather)
Director: Francis Ford Coppola
Elenco: Marlon Brando, Al Pacino, Robert Duvall, Talia Shire, Diane Keaton, James Caan, John Cazale,
EEUU, 1972, 175 minutos, mayores de 14 años.

© Por Hugo Díaz.